Ya tengo un nuevo libro, por fin. Se trata de la novela histórica El visitador (La geografía del dolor), una novela de ficción histórica basada en hechos reales.
Quien lo iba a decir. He tardado más de siete años en escribir esta obra. Han sido muchos los vaivenes y dificultades con los que me he encontrado, pero lo he conseguido. Y me siento muy satisfecho.
Es curiosa como es la vida, que te lleva muchas veces por derroteros imprevistos.
Soy un caso perdido. Me había propuesto, si volvía a escribir una novela, hacerla más ligera. Vamos, escribir una novela corta. Suelo tardar entre 5 y 7 años para escribir un libro, dedicándome por entero a ello. Aunque disfruto mucho escribiéndolo (si no fuera así, sería imposible hacerlo), también es verdad que son muchos años, y tenía miedo de que mi enfermedad avanzara tanto que me quedara a medias.
Por eso, desde que terminé Alehop, tenía en mente enfocarme en proyectos más cortos… Pero una vez más la vida me llevó por otro lado.
Y he acabado escribiendo el libro más extenuante de todos, el que más trabajo me ha llevado.
Cómo se gestó esta novela histórica ambientada en el siglo XVIII
Mi idea inicial era escribir una comedia sobre una cárcel que se instala en un pueblo. Una idea muy alejada de lo que he acabado escribiendo.
Ya sabéis lo que ocurre cuando levantan una prisión en alguna localidad: aparecen las desconfianzas, los miedos, los comentarios disparatados. Algo así fue lo que ocurrió en Mahón cuando se anunció la construcción de una pequeña cárcel para que no tuvieran que mandar los presos a la isla Mallorca, y sus familiares pudieran visitarles con más facilidad.
De la comedia… a una novela histórica basada en hechos reales.
La prensa de esos días se llenó de comentarios de la gente como «qué van a pensar los turistas cuando pasen por ahí», «si alguien se fuga lo va a tener muy fácil para coger un avión, ya que el aeropuerto está al lado», etcétera. Enseguida me di cuenta de que tenía un buen material para escribir algo.
Entiendo que no es una situación fácil, comprendo los miedos que genera una noticia así. No se trata de defender el «buenísimo», tengo claro que no todos los presos se pueden rehabilitar, pero los discursos histéricos lo que en verdad encubren es apartar de nuestra vista las cosas que no nos gustan. Lo mismo sucede con los ancianos, con las personas con diversidad funcional (discapacidad), y con otras minorías. Cuanto más lejos, mejor. Si no lo vemos, no existe.
El debate sobre si las prisiones verdaderamente sirven para rehabilitar es largo y muy complejo, y no es esta la cuestión a tratar aquí ni en la novela. Lo que me llamó la atención fueron las reacciones irracionales y desaforadas porque construyan una prisión de tercer grado donde vives. Creer que en una isla pequeña no hay delincuencia es delirante; y pensar que si construyen aquí una pequeña presión la delincuencia va a aumentar y los presos asaltarán nuestras casas es surrealista. Mi idea era abordar estos pensamientos desaforados a través de una comedia negra.
Comencé a redactar varios borradores, pero les faltaba esa chispa que tengo que sentir a la hora de ponerme a escribir en serio. No acababan de engancharme las tramas que ideé.
El encuentro con la figura de John Howard
Y fue así, casualmente, mientras buscaba documentación, como fui a parar a la obra y vida de John Howard. Lo que leí de él, me fascinó. Lo más asombroso era que es una figura bastante desconocida, al menos aquí en España, a pesar de todo lo que hizo, a pesar de su legado y de ser uno de los primeros defensores de los derechos humanos.
Comencé a pergeñar una novela en la que apareciera el reformador inglés. Y fue así como, poco a poco, yo, que deseaba escribir libros más livianos para no agotarme tanto, me zambullí de lleno en escribir este libro tan complejo.
No es que la extensión de la novela histórica El visitador sea mucha (unas 250 páginas), la gran dificultad es el proceso de documentación, que ha consumido muchísimo tiempo. No hace falta extenderse en muchos detalles, pero sólo que uno quiera ambientar un poco el decorado ya son muchas las cuestiones que urge abordar: qué comían en el siglo XVIII, cómo se desplazaban, cómo vestían… Una cascada de preguntas que te obliga constantemente a documentarte. Y aunque aprendes mucho, también es un proceso agotador.
Pero fue tal el interés que este personaje despertó en mí, fue tal el flechazo, que me embarqué poco a poco en esta aventura. El entusiasmo ha podido con las alforjas cargadas de documentación, aunque el cansancio fue haciendo mella a lo largo del proceso; no es nada fácil combinar escritura con un proceso continuo de documentación.
Al final, paradójicamente, este ha sido el libro que más trabajo me ha llevado.
Una inesperada ayuda llama a la puerta
Me gustaría confesarte algo muy personal pero que también ha sido decisivo en la culminación de esta obra, aunque sobre todo lo ha sido para mi vida. Cuando llevaba más o menos escrito la mitad del libro, y me daba cuenta de que me iba a resultar difícil acabarlo, apareció una noticia que llevo esperando toda la vida, tal como suena, sin exagerar. Por primera vez en la historia se aprobó un tratamiento experimental para mi enfermedad.
Casi 50 años esperando un momento así.
El tratamiento no cura, pero sí que puede frenar el avance de la enfermedad y mejorar físicamente en algunos aspectos, sobre todo si te administran el tratamiento enseguida que te la diagnostican. En mi caso, que ya no soy un niño, que llevo muchos años de enfermedad sobre mis espaldas, aunque por supuesto que uno sigue soñando con mejorar físicamente todo lo posible, conseguir frenar la enfermedad y tener una estabilidad, ya se puede considerar un éxito. Como así ha sido.
Tuve la suerte de poder acceder a este tratamiento, y enseguida sentí los efectos positivos para el cuerpo. Más estabilidad, más energía, y esto me ha permitido poder acabar el libro.
Suena a una historia de ciencia-ficción, pero no es así.
¿De qué trata la novela histórica El visitador?
El visitador es una novela que transcurre a finales del siglo XVIII, concretamente en el año 1772. En ese año, John Howard, un noble inglés al que se le había concedido un título prácticamente honorífico de Sheriff de Bedford, emprende un azaroso viaje por toda Europa. Su objetivo es conseguir referencias para mejorar las condiciones de vida de las prisiones y recintos hospitalarios de su país, diezmados por los malos tratos y epidemias.
Le acompañan su sirviente, Thomasson, y una enigmática mujer llamada Camille.
Los viajeros pronto se dan cuenta de que les siguen. Y es que son muchos los enemigos de Howard, los veladores del orden establecido, que no quieren que la situación cambie.
Howard y sus acompañantes vivirán una aventura en la que se enfrentarán a muchos obstáculos: avatares climatológicos, conspiraciones, amenazas… El viaje modificará las relaciones entre ellos, y les irá transformando.
A lo largo de la novela la expedición se encontrará con una serie de personajes ilustres como Diderot o Mozart. Estas personalidades, aparte de servir al lector para conocer de un modo esquemático la atmósfera reinante, también servirán para moldear, directa o indirectamente, las ideas y misión de Howard.
A medida que avancen, una pregunta aparecerá en el horizonte: ¿conseguirá un hombre cambiar los cimientos de la sociedad?
Booktrailer de la novela El visitador, la geografía del dolor
Aquí os dejo, recién estrenado, este fantástico video que creo que resume perfectamente el contenido de esta novela. Mucho trabajo me ha llevado este video, pero ha valido la pena. Espero que os guste:
Y si queréis echar un vistazo al primer capítulo, en este botón que os pongo a continuación lo podéis ver o descargar completamente gratis.
Sobre la portada de este libro
Uno de los aspectos en los que más hincapié hecho es que la portada. Tenía muy clara la idea de lo que quería. Y el ilustrador lo ha captado muy bien. Hay muchos detalles y pistas en la portada, muchas de ellas estoy seguro que el lector las comprenderá después de leer la obra.
El edificio que se puede ver en el fondo es un lazareto, podríamos decir que uno de tantos que visitó Howard, pero hay algo más: esta ilustración corresponde al lazareto de Mahón. Aunque Howard físicamente nunca estuvo aquí, sí que hay una relación directa entre el reformador y este lazareto, y quise que saliera como un guiño a la gente que vive aquí. Estoy seguro que si alguien de la isla lee el libro, verá después de un modo diferente al lazareto ubicado en la entrada de nuestro puerto, al igual que lo he hecho yo.
Otro de los detalles que dan alguna pista son la manera en la que los personajes están dibujados, que el lector comprenderá al finalizar el libro. Por último, en la contraportada, aparece el dibujo de una rosa, que es un símbolo también importante que sale en la obra.
Nota importante. El libro también se imprime con un sistema llamado impresión bajo demanda, es un sistema que comienzan a utilizar las editoriales para ahorrar papel. Una vez la persona hace el pedido, se imprime con unas máquinas especiales y se envía, así no hace falta que haya en stock libros físicos. Hay ya bastantes librerías y plataformas que lo utilizan. En el caso que lo quieras pedir a una plataforma, si lo pides en Amazon te lo van a enviar sin solapas, es decir, sin que aparezca mi foto en las solapas, aunque el contenido interior es, por supuesto, el mismo. En otras plataformas como Casa del Libro si que viene con solapas. .
¿Qué se propuso cambiar realmente John Howard?
Como comentaba, El visitador es una novela histórica, y por tanto hay algún elemento inventado, pero basada en hechos reales. Y bastante fiel a la vida del reformador John Howard.
Cuando el noble inglés comenzó a ejercer como sheriff de Bedford (algo así como juez de paz o inspector), se dio cuenta de la alarmante situación de las prisiones británicas. Uno los graves problemas a los que se enfrentaba alguien que entrase en prisión, por leve que fuera la condena, era que era muy difícil que saliera vivo de allí. El principal motivo era por las epidemias, que proliferaban en esos lugares insalubres y con pésimas condiciones higiénicas. Lo mismo ocurría con los hospitales y lazaretos.
Otra circunstancia que hacía muy difícil la vida en las prisiones eran que estas eran privadas, y se producían todo tipo de abusos hacia los prisioneros. Howard descubrió que la mayoría de los presos eran deudores, gente encerrada por deber una cantidad de dinero, y el círculo en el que entraban hacía que salir de allí fuera muy complicado: por ejemplo alguien condenado por pagar cinco libras, no sólo debía de pagar ese dinero, sino que la cantidad iba aumentando al tener que sufragar también el sueldo de los prisioneros, manutención, etcétera… La suma a pagar no paraba de subir.
«Pudrirse en prisión», así lo llamaban. John Howard buscó en sus viajes referentes para para impulsar una ley en el parlamento que pudiera cambiar esta situación.
¿Cuál era el ambiente histórico en el que transcurre El visitador?
El ambiente histórico en el siglo XVIII, y en concreto sobre el año 1772, estaba marcado por una serie de cambios y transformaciones que estaban transformando el mundo. En Europa, el absolutismo monárquico seguía siendo la forma de gobierno dominante, pero comenzaba a estar desafiado por las ideas del movimiento ilustrado, que defendían la razón, la tolerancia y la libertad.
En Francia, el rey Luis XV estaba en el poder, pero su gobierno era cada vez más corrupto e ineficaz. La nobleza y el clero disfrutaban de privilegios especiales, mientras que el pueblo llano vivía en la pobreza y la miseria. Estos factores contribuyeron a la Revolución Francesa, que estalló en 1789.
En Inglaterra, reinaba Jorge III, aunque el Parlamento tenía cada vez más poder. El país estaba experimentando un período de prosperidad económica, y la sociedad estaba cambiando rápidamente. La Ilustración había tenido un gran impacto en Inglaterra, y las ideas de libertad y tolerancia estaban ganando terreno.
Las relaciones entre Francia e Inglaterra eran tensas. Los dos países competían por el dominio comercial y colonial, y habían librado varias guerras en el pasado. En 1756, había estallado la Guerra de los Siete Años, que terminó con la derrota de Francia. Este conflicto dejó a Francia debilitada y aislada, y marcó el comienzo de la decadencia del absolutismo francés.
Así pues, nos encontramos con la animadversión entre estas dos potencias, el absolutismo que se resiste a perder el poder, y la ilusión de cambio que trajo el movimiento ilustrado.
Sobre los personajes que aparecen en el libro
Además de John Howard, otro de los personajes relevantes de la novela es Camille, una enigmática mujer francesa que acompaña al noble en este viaje. De hecho, aunque no quiero desvelar mucho, a medida que avance la historia ella irá adquiriendo mayor protagonismo, la que experimentará un mayor cambio.
Otro de los personajes con peso es Thomasson, el sirviente de Howard, el conductor del coche de caballos. Un chico joven, fuerte, impulsivo y desconfiado.
Y como he contado antes, una serie de personajes históricos de esta época se irán cruzando en el camino de la expedición.
Las dificultades de escribir una novela histórica
Son varias las dificultades a las que he tenido que enfrentarme a la hora de escribir esta novela histórica, algunas de ellas creo que muy comunes con otros escritores que hayan escrito novelas de este género.
–Equilibrio entre la documentación y la trama
Como he comentado anteriormente, una de las grandes dificultades de escribir una novela histórica es el proceso de documentación, que consume mucho tiempo. Si en mi caso escribir una novela ya me lleva muchísimos años, pues si le sumamos este tiempo extra que uno necesita para documentarse la dificultad se vuelve extrema.
Pero además, y por lo que he leído muchos escritores de este género opinan lo mismo, otra de las dificultades es conseguir un equilibrio entre los resultados de la documentación y la trama. En muchas ocasiones, lo que sucede es que el peso de la documentación supera a los engranajes de una novela, y uno acaba escribiendo algo más cercano a un ensayo que a una novela. Un exceso de detalles documentales ralentiza la trama.
Creo que lo he conseguido este equilibrio de un modo aceptable, aunque la última palabra, por supuesto, la tiene el lector.
–No desvirtuar demasiado la realidad
Otro de los problemas era desvirtuar en exceso a la persona real. El visitador es una novela basada en hechos reales, aunque por supuesto hay elementos de ficción para generar una historia. La dificultad de que Howard sea uno de los personajes de la novela me creó el dilema de no desvirtuar demasiado a la persona real.
Por ejemplo, si en realidad Howard no volvió a casarse después de enviudar, lo que no podía hacer era convertirlo en un mujeriego, o viceversa. Tenía que respetar, según mi entender, básicamente su esencia y personalidad; si me tomaba alguna licencia literaria no tenía que ser muy equidistante a la personalidad del reformador.
No es que tenga que ser una norma escrita, con la ficción puedes jugar con lo que quieras siempre que digas que es ficción, pero en mi caso no quise desvirtuar demasiado al personaje real, Así lo he intentado, fabulando más con los personajes secundarios.
Temas que aborda la novela El visitador
El tema principal es la lucha contra el status quo y la adversidad, los grandes esfuerzos que hay que hacer para provocar un cambio en las mentalidades. Pero, además, la obra toca otros temas como:
- Denuncia social. La denuncia de injusticias como los abusos de poder, las pésimas condiciones de vida en algunas instituciones como prisiones, hospitales y lazaretos.
- Unas pinceladas de historia. El lector podrá conocer un poco mejor el siglo XVIII, y algunas curiosidades sobre esta época.
- La importancia del movimiento ilustrado. Se indaga en las ideas del movimiento ilustrado como motor del cambio social.
- El combate contra las epidemias. Las epidemias de enfermedades infecciosas como la peste desde muy antiguo han azotado a la humanidad. Uno de los hitos del progreso de los seres humanos ha sido combatir estas enfermedades que tantas vidas han segado. John Howard es un ejemplo paradigmático de ello, y lo que consiguió merece ser recordado.
- Empoderamiento de la mujer. Lamentablemente, en el siglo XVIII la mujer tenía muy pocos derechos. Esto se refleja en la obra, así como la pugna de Camille por salir de su particular prisión social.
- Crecimiento personal. Unos más y otros menos, pero todos los personajes que aparecen en el libro experimentan una evolución personal a lo largo de la historia, influenciados por otros y por los acontecimientos a los que van a tener que enfrentarse.
- Amor, amistad y lealtad. Otro de los temas presentes en la novela «El visitador» son las relaciones interpersonales, que durante el largo viaje van cambiando. La importancia de la amistad y de apoyarse unos a otros se pondrá a prueba durante la expedición. Y el amor, por supuesto, también buscará una vía por la que expresarse.
- La lucha contra la tortura y la pena de muerte. Aunque en esa época conceptos como la reinserción social de los presos apenas estaba contemplada, Howard fue uno de los pioneros en denunciar las torturas y las condenas a pena de muerte. Manifestó que estas prácticas inhumanas debían de acabarse, y que sólo aportaban sufrimiento.
La gran sorpresa final de esta novela histórica
Mientras me estaba documentando para escribir la novela, me encontré con una inesperada sorpresa: la relación entre John Howard y Menorca, la isla donde vivo. Me pareció increíble.
Es decir, después de recorrer con el intrépido inglés un larguísimo viaje por toda Europa, descubrí que el hombre tiene un vínculo con Menorca, una isla diminuta del Mediterráneo, donde ¿casualmente? vivo. Si esta circunstancia ya es de por sí fascinante, mucho más lo es para alguien como yo que apenas ha podido viajar y casi no puede salir de una habitación.
Me permitirás, querido lector, que no te revele aquí esta conexión tan especial, pero seguro que alucinarás tanto como yo cuando la descubras.
Presentación de esta novela histórica y de aventuras en Menorca
Nunca me han entusiasmado las presentaciones clásicas. Tenía muy claro que si hacía una presentación la quería hacer de un modo muy diferente: quería que la gente se lo pasara sobre todo bien, y que hubiera muchas sorpresas. Así que lo preparé concienzudamente. Desgraciadamente, mi situación física me impide viajar y hacer otro tipo de actos fuera de la isla, aunque con vuestra ayuda y por este medio pienso que también se puede dar a conocer el libro.
Fue fantástico. Participaron actores que dieron vida a los personajes de la novela, hubo música, comida… El público salió impactado de lo que ocurrió en la sala abarrotada (dicen que fue una de las presentaciones más multitudinarias que se han hecho en la isla). Así que muy agradecido a todos los participantes. Os dejo aquí este video con un resumen del buen ambiente que vivimos.
Si sentís curiosidad, en este enlace podéis ver las noticias y reseñas sobre El visitador que vayan apareciendo. Y en esta otra sección las entrevistas sobre El visitador que me puedan hacer los medios de comunicación.
Algunas preguntas sobre esta novela basada en hechos históricos
Hay varias personas que me han escrito y me han hecho algunas preguntas sobre la novela. Encantado de poder responderlas. Se me ha ocurrido responder a varias haciendo un video, así, además, me podéis ver la cara (cuidado, no os caigáis de espaldas), y las distancias no parecerán tan lejanas. Me ha parecido una buena idea lo del video, por lo que que si en un futuro tengo más preguntas haré más videos.
Documentación adicional de esta novela histórica basada en hechos reales
Aunque a veces el proceso de documentación es pesado, también es muy agradable aprender cosas nuevas. La curiosidad sigue siendo el motor de mi vida, y me ha encantado aprender cosas nuevas. Aunque hay bastantes notas y pinceladas a lo largo del libro, también he creado unos artículos complementarios para que el lector conozca mejor la época. Son cosas sencillas, curiosidades sobre el siglo XVIII, que creo que os gustarán.
En definitiva, tras largos años de trabajo, la novela histórica El visitador es mi último (y probablemente definitivo) libro. Un largo recorrido que personalmente me ha dejado satisfecho. Ahora toca compartirla, y dar vida al libro gracias a vosotros, los lectores. Vosotros tenéis la última palabra.