El menorquín José Antonio Fortuny, autor de Alehop (ed. Funambulista), es todo un ejemplo de superación y amor a la literatura. Cuando reseñé el libro evité hacer cualquier referencia a su estado, a esa grave enfermedad neuromuscular que progresivamente ha ido paralizando todo su cuerpo, porque quería que juzgarais el libro por su valor intrínseco, sin que las circunstancias del autor influyeran. La carrera literaria de Fortuny es una carrera a contrarreloj, y por eso cada obra que produce es de un valor incalculable.
¿Cómo nace tu amor por la escritura? Pues de un modo un poco impensable. Recuerdo que de niño no me gustaba mucho leer, pero debido a la enfermedad que padezco cada vez tenía que pasar más horas en casa mientras que mis amigos se iban por ahí. Empecé a leer para ocupar el tiempo. Poco a poco me fui convirtiendo en un gran lector… hasta que di el salto a escribir, algo que tampoco me había imaginado.
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