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Os presento mi relato solidario “Los otros”, que escribí con mucha ilusión para un libro colectivo y que he recuperado para esta web. Os invito a conocer más sobre cómo se gestó esta historia, los agradecimientos a las personas que lo han hecho posible y dónde irá dirigido el dinero recaudado pulsando aquí.
El relato lo podéis descargar gratuitamente en formato digital en esta web. En el mismo archivo que descarguéis están las traducciones al catalán, inglés, castellano, italiano, francés y alemán, por lo que podemos llegar a muchos lectores. Una vez más, gracias a los colaboradores que han traducido este texto en diferentes idiomas.
El relato es gratuito, lo único que les pido es que hagáis una aportación voluntaria, la cantidad que queráis, a alguna entidad destinada a investigar mi enfermedad. En este caso me gustaría que fuera para Fundame, una fundación de total confianza.
Hace unos años me pidieron que escribiera un relato con motivo del programa solidario “La Marató” de la televisión de Catalunya. Es un programa que emiten anualmente, y tiene como finalidad recaudar fondos para la investigación de diversas enfermedades. Esta vez lo dedicaban a recaudar fondos para enfermedades neurodegenerativas como la mía.
Aunque considero que en una sociedad avanzada no tendrían que hacer falta este tipo de programas, ya que es obligación del Estado proporcionar suficientes fondos para la investigación, desgraciadamente en los tiempos que vivimos no queda más remedio que agachar la cabeza y pasar por el aro. Es algo que los que padecemos enfermedades no tan mayoritarias sabemos bien, acostumbrados desde siempre a ir de aquí y de allá para conseguir cuatro duros.
Al menos, dicho programa huye bastante del sensacionalismo y es bastante digno, entrevistando también a médicos que informan de un modo ameno al público sobre en qué consisten las distintas enfermedades que tratan.
Aparte del espectáculo televisivo, dicho programa también lleva a cabo una serie de actividades paralelas, como la edición de un disco o un libro solidario con aportaciones de varios autores.
Así que para mí era una buena oportunidad para aportar mi granito de arena. Reconozco que cuando me pidieron si podía entregar un relato sentí algo de miedo.
Lo primero que hice fue revisar libros de anteriores ediciones y me di cuenta que solían escribir escritores bastante consagrados. No sabía si podría estar a la altura.
Pero quizá yo tenía una ventaja si sabía canalizar bien mi experiencia: yo conocía en mis propias carnes lo que supone padecer y convivir con una enfermedad de este tipo.
Así fue como ideé el relato “Los otros”, escribiéndolo en primera persona para tratar de darle toda la fuerza y realismo posibles.
No es un texto totalmente autobiográfico, sino un cuento que he nutrido con algunas vivencias que me han pasado, deseos que me gustaría que se hicieran realidad…, todo esto mezclado con la ficción.
El resultado creo que ha sido muy bueno, he conseguido esa fuerza e intensidad que buscaba; un texto reivindicativo y con sentido del humor, así me lo han corroborado mucha gente que lo ha leído.
“Tal vez éste será mi último verano. No puedo evitar pensar si será la última vez que vea el mar”.
Así es como comienza este relato. Éste es el primer párrafo. Reconozco que es una frase y un pensamiento que me repito todos los veranos puestos en boca del protagonista. Para mí el verano es la mejor época, cuando puedo salir más, hay tanta luz… y últimamente temo que sea el último…
El libro se vendió bastante bien, 10.000 ejemplares creo recordar, pero pensé que sería una pena que el relato tuviera una vida tan efímera y que no lo pudiera conocer otra gente que viviera fuera de Cataluña.
Así que tuve una idea. Pedí recuperar los derechos de «Los otros» para ponerlo en mi página personal. La idea era que la gente se pudiera descargar el relato a cambio de una donación económica que, por supuesto, va a parar íntegramente a la investigación.
Para tratar de llegar todavía a más gente, se me ocurrió pedir a varias personas si me lo podían traducir a otros idiomas. Quiero agradecer de todo corazón a la gente que me ha ayudado a traducirlo, que por supuesto lo han hecho también de un modo totalmente desinteresado. Así que públicamente quiero dar las gracias de todo corazón a:
Sam García: por sus magníficas ilustraciones dentro del relato y por la portada.
Sol Taylor: por el banner de la presentación.
Lucía de Andreis: por su traducción al italiano.
Marcel Cornesse: por su traducción al alemán.
Lluís Fernández: por su traducción al inglés.
Margarida Llabrés: por su traducción al francés.
Helena Motilla: por su traducción al catalán.
Wilfredo Silva: por convertir el texto en diferentes formatos para que lo podáis descargar.
Por supuesto, toda difusión que podéis hacer de este proyecto entre vuestros amigos y familiares hará que la causa pueda crecer.
Nada más, espero que os guste lo que he escrito, y que pueda contribuir de alguna manera a la lucha contra la atrofia muscular espinal.
Que la luz de la esperanza no se apague nunca.
El relato trata de una persona aquejada por una enfermedad neuromuscular que un día, al recibir el impacto de un rayo, nota que su cuerpo empieza a experimentar cambios asombrosos: cada vez que alguien le toca, esta persona comienza a sentir en sus propias carnes las sensaciones y sentimientos que tiene el enfermo.
A partir de aquí el personaje comenzará a vivir una serie de historias, de vicisitudes, que le llevarán a plantearse si sería posible llegar a su anhelado objetivo: ahora que todo el mundo siente como propio su dolor cada vez que entra en contacto con él, ¿qué ocurriría si el mismísimo presidente del gobierno le llegara a tocar? ¿Provocaría esto un cambio en las políticas gubernamentales? ¿Ya no haría falta ir pidiendo limosna para investigar ya que el Estado comprendería perfectamente que esto es primordial?
“Tu cuerpo es una prisión; tu carne y tus huesos los barrotes. Ahora entiendo lo duro que es no poder rascarse ni la nariz- dijo un joven con cara de monaguillo”.
El título de este relato está puesto y pensado con un doble sentido. Por un lado hace referencia a esos prejuicios que muchas veces tiene la gente hacia las personas que funcionan de una manera diferente, a esta separación, totalmente ficticia, que hacen entre “nosotros los normales” y vosotros. Si supieran lo difusa que es esta línea…
Pero también juego con este título desde el otro prisma: mostrando cómo vemos los que estamos en un colectivo que se sale de lo convencional a los que están fuera, cómo percibimos su mirada y actitudes.
Me hace mucha ilusión compartir este relato en esta página, me hace mucha ilusión que la gente lo pueda leer en varios idiomas y pueda contribuir a impulsar la investigación. Con un granito de aquí y otro de allá, vamos sumando…
Escribir sigue siendo mi mejor arma, lo que mejor sé hacer, mi pequeña contribución a esta lucha tan larga y agotadora.
“Los otros” es lo último que he escrito. Creo que conservo en buena forma mi pulso como escritor, aunque esto lo tendréis que juzgar vosotros. Aquí lo tenéis, con la esperanza que os guste.
“Me siento viejo, pero quiero seguir luchando. Muy lejanos me quedan esos sueños de infancia de convertirme en atleta o viajero; puede que también el de amar y ser correspondido”.
Aunque el relato es gratuito, me gustaría que a cambio de leerlo hicieras una aportación solidaria, por pequeña que sea, para combatir la atrofia muscular espinal. Haz clic en el botón de abajo para visitar la página de Fundame y aportar tu grano de arena en la investigación. Y, por supuesto, muy agradecido si quieres compartir esta página con tus amigos. ¡Muchas gracias!
