
Hoy tengo el placer de compartir con vosotros mi conversación con Nacho Ares, reconocido periodista y escritor. En esta entrevista, descubro su trayectoria, su pasión por la escritura y su fascinación por Egipto.
¿Quién es Nacho Ares? Preséntate a ti mismo.
Me llamo Nacho Ares, nací en León en 1970 y desde que leí con apenas 13 o 14 años Dioses, tumbas y sabios de C.W. Ceram, siempre he querido ser egiptólogo. Me licencié en Historia Antigua por la Universidad de Valladolid y ya en la carrera me dedicaba a llamar a puertas y escribir artículos aquí y allá, haciendo mis pinitos en divulgación histórica sobre Egipto. Y en algunos sitios hasta me pagaban.
He trabajado desde hace casi 30 años en radio, televisión, revistas, periódicos, etc. Me saqué un certificado en egiptología por la University of Manchester.
He escrito más de una veintena de libros entre novelas y ensayos. Desde 2009 lelvo en la cadena SER un programa llamado SER Historia y desde 2022 soy guionista y creativo de Madrid Artes Digitales, entre muchas otras cosas.
Trayectoria literaria. Egipto en las obras de Nacho Ares
De todos los enigmas del Antiguo Egipto que has investigado, ¿cuál te ha fascinado más y por qué?
Me gusta especialmente todo aquello relacionado con el descubrimiento de la tumba de Tutankhamón y la Gran Pirámide de Keops en la meseta de Gizeh. No tienen nada que ver lo uno con lo otro. Les separan más de 1000 años en la historia, pero los dos tienen en común la cantidad ingente de enigmas que los rodean y que los convierten en algo apasionante.
¿Cómo equilibras la línea entre el rigor histórico y la narrativa que atrape al lector en tus libros?
Una novela, es una novela. Se puede ser riguroso pero siempre has de meter partes recreadas. Los diálogos, por ejemplo, siempre son inventados. Ahí no se puede hacer más. La personalidad de los personajes también. Podemos idealizarlos, pero no tenemos ni la más remota idea de cómo fueron en vida. Todos esos elementos son parte de la personalidad del autor de novela histórica.
Si pudieras tener una conversación con cualquier faraón o figura histórica del Antiguo Egipto, ¿quién sería y qué le preguntarías?
Si me dijeras de la Historia en general, no elegiría nada de Egipto, pero como me preguntas por Egipto te respondo que con Tutankhamón. Seguro que podría contar más de uno de los enigmas que aún quedan de su reinado o de los secretos que se llevó a su tumba sobre el reinado de su padre (?) Akhenatón.
¿Qué superstición del Antiguo Egipto te llama más la atención? ¿Crees que tú mismo habrías caído en ella?
Los antiguos egipcios eran igual de supersticiosos que ahora. Podemos pensar que ahora, con todo lo tecnológico, los avances en el pensamiento, etc. no lo somos, pero no es así. Seguimos siendo muy supersticiosos y nos sorprenderíamos con la cantidad de cosas basadas solamente en la ignorancia que se siguen a pies juntillas como si fueran verdades asentadas. Pero somos humanos. Seguro que si fuera un antiguo egipcio tendría miedo de la segunda muerte, la destrucción total que se daba cuando tu cuerpo no era enterrado siguiendo los preceptos que marcaba la tradición de Osiris. Lo peor de lo peor.
Sobre el proceso creativo y la escritura de Nacho Ares
¿Qué parte de la investigación para tus libros te resulta más emocionante, y qué parte más desafiante?
Comencé a leer y a documentarme sobre el antiguo Egipto hace más de 40 años. Todos los años viaje 4 o 5 veces al país de los faraones y todo lo relacionado con su arqueología e historia me es muy familiar. Estoy habituado a la descripción de tumbas, templos, poblados, estatuas, relieves, etc. En ese sentido la documentación es relativamente escasa.
Sí lo es cuando he de meterme en un tema del que nunca he escrito. En mi última novela, La sombra de Atón, la figura de Khamwaset, el protagonista, el hijo de Ramsés II, lo conocía apenas de unas pocas referencias. Sí había leído de él pero no en profundidad como para conocer o acercarme a cómo debía de pensar él y su entorno. Eso es lo que más me gusta.
¿Alguna vez te has encontrado con algún descubrimiento o dato histórico que haya cambiado por completo tu enfoque en un libro?
Realmente no, pero sí es cierto que cuando empiezo una novela no sé cómo acaba. Sé cómo es hasta la mitad o las dos terceras partes, pero realmente no sé nada más. Lo llevo todo muy medido y estructurado pero hasta ahí. Son los propios personajes y la historia que voy creando la que me lleva por un camino o por otro hasta que doy con el final que suele presentarse de forma natural.
Al menos ha sido así hasta ahora y espero que lo siga siendo. Muchas veces un “descubrimiento”, algo que desconocía en un antiguo texto o de la biografía de uno de los protagonistas es lo que me da pie a recrear nuevas escenas o capítulos que quizá no estaban pensados en un principio.
Como escritor, ¿cómo te preparas mentalmente antes de zambullirte en la escritura de una nueva obra?
Me encanta hacer sobre un folio (reciclado) en blanco un esquema de la historia que quiero contar. Soy mucho de anotar cosas y de tener un cuaderno de trabajo en donde voy escribiendo ideas. Voy estructurando los capítulos, personajes, la historia, lo que quiero contar, etc. y de ahí voy sacando todo para escribir la novela.
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Reflexiones de Nacho Ares sobre la Historia y la cultura egipcia
En tu opinión, ¿qué aspecto de la cultura egipcia sigue teniendo influencia en el mundo moderno, aunque quizás no lo sepamos?
En nuestra sociedad judeocristiana hay infinidad de elementos que vienen del antiguo Egipto. Y decimos Egipto porque es aquí en donde vemos las primeras fuentes escritas, pero seguramente venga de otros pueblos más antiguos que no han dejado textos y que inspiraron a los egipcios.
En nuestro día a día elementos como el calendario, la cerveza, juegos de mesa, la figura de Jesús y María, etc. tienen una clarísima inspiración en el mundo faraónico. Los tenemos tan interiorizados que no nos damos cuenta de ello, pero nacieron hace miles de años en el Valle del Nilo.
¿Cómo crees que sería vivir un día en la corte de un faraón, basándote en tu experiencia investigando esa época?
Seguramente me sorprendería porque no tendría nada que ver con lo que pensamos. Antes hablaba de la idealización que tenemos del pasado y Egipto es uno de esos ejemplos más claros. Debía de oler fatal y la suciedad lo debía de cubrir todo. Estaba lleno de enfermedades y la violencia debía de estar a la orden del día. Creo que no me gustaría vivir allí, aunque si tuviera la oportunidad de estar solo una hora mirando a través de un agujero, estoy convencido de que aprendería mucho más que en 10 años leyendo en bibliotecas o estudiando en universidades.
¿Qué crees que podríamos aprender hoy en día de la espiritualidad egipcia antigua?
Tendemos a pensar algunos de esos aspectos como algo realmente idealizado. Lo explicaba antes. Si lees textos antiguos de los egipcios vemos que, en efecto, su moral y su ética era muy similar a la nuestra, pero no lo es menos que la violencia normalizada con la que convivían les hacía precisamente estar abanderando continuamente esas normas para que se intentaran cumplir.
La Nueva Era ha inventado un Egipto que nada se parece al que vemos en los textos antiguos. A veces oigo cosas que no tienen nada que ver con la realidad de esas fuentes. Es muy ingenuo pensar en esa religiosidad y espiritualidad que realmente no se sustenta en nada.
Sobre la carrera y evolución de Nacho Ares como escritor

Has trabajado en televisión y radio, ¿cómo ha influido esa experiencia en tu estilo de narrar la historia en tus libros?
Siempre he dicho que lo que más me gusta es escribir y luego, muy emparejados, la radio y la tele. Creo que la escritura es lo que me ha convertido en un comunicador aceptable, digamos. Hablo como escribo. Prueba de ello es que muchos de los textos que me piden los dicto en el teléfono y luego los corrijo. No es este el caso en el que estoy ante el teclado, pero el otro método me permite disponer de tiempo para otras cosas y aprovechar trayectos y viajes. He llegado a escribir crónicas para periódicos esperando un avión en un aeropuerto o incluso artículos enteros sentado en el sofá de casa hablando como si tuviera delante un grupo de personas en una conferencia.
¿Tienes alguna manía o ritual antes de comenzar a escribir un nuevo libro?
La verdad es que no. Tengo un pequeño problema que es que tengo déficit de atención y a los 10 minutos me canso de lo que estoy haciendo. Por eso me he de levantar continuamente a mirar cosas o entrar en el correo, leer alguna cosa, etc. Eso no impide que me concentre rápido, porque soy capaz de escribir 10 páginas de una novela en apenas un par de horas. Pero me tomo mi tiempo para hacer las cosas.
Una de las cosas que siempre hago es ponerme en bucle un disco, normalmente música instrumental, de Jean Michel Jarre, Vangelis, o la banda sonora de una película de Egipto. No presto atención a la música pero he de tener algo de fondo como si fuera un runrún.
¿Hay algún tema o civilización aparte del Antiguo Egipto que te gustaría explorar en un libro futuro?
He escrito cosas del mundo ibero o de Mesopotamia. Me encantan las culturas del Próximo Oriente aunque sé que no estoy preparado para poder hacer algo sobre ellas. Solamente he tocado temas tangenciales y sin profundizar en ello. Soy egiptólogo y el antiguo Egipto es el tema que domino. También he publicado mucho sobre el siglo XVI ya que soy fan de la princesa de Éboli, pero si me sacas de ahí, poco más.
Preguntas curiosas y divertidas para Nacho Ares
Si pudieras cenar con tres figuras históricas (de cualquier época), ¿a quiénes invitarías y por qué?
Invitaría a la princesa de Éboli porque me parece una figura fascinante. A Keops para que me dijera cómo se construyó la Gran Pirámide y a Howard Carter, descubridor de la tumba de Tutankhamón, porque es como si fuera mi padre egiptológico. Si no fuera por él no habría llegado a donde estoy.
¿Cuál es el objeto más curioso o extraño que tienes en tu escritorio mientras escribes?
Por aquí hay de todo. Tengo playmobils, figuritas de carlinos, que es mi perro favorito, botes de bolígrafos de colores inimaginables… No soy fetichista. Además como escribo en muchos sitios (aviones, trenes, hoteles, en salas de espera, etc.) tampoco tengo amuletos o fetiches en ese sentido.
Si no fueras periodista y escritor, ¿a qué te dedicarías?
Bueno, realmente yo no soy periodista. Sí soy historiador, egiptólogo y intruso laboral en el mundo del periodismo. Pero si no me dedicara a lo que me dedico seguro que sería médico. Cuando era niño quería ser médico, pero fue leer el libro de C.W. Ceram y cambié a los vivos por los muertos.
¿Qué libro histórico te habría gustado escribir si no hubiera sido ya publicado por otro autor?
Sin lugar a dudas, Dioses, tumbas y sabios de C.W. Ceram. Pero si fuera más atrás en el tiempo, el libro segundo de las Historias de Heródoto, así habría tenido la oportunidad de conocer Egipto en la Antigüedad aunque fuera en el siglo V a.C.
Describe tu día perfecto, ¿incluye alguna visita a un sitio arqueológico o museo?
Me levanto todos los días sobre las 8 o las 8.30, me ducho, desayuno y me voy a correr o a dar un paseo. Día sí, día no voy a correr. Luego me pongo a trabajar. Un día perfecto más que con la visita a un lugar seguro que sería conociendo a una persona. Por suerte ya he estado en muchos sitios pero me gustaría conocer a más gente.
Uno de mis sueños, por ejemplo, fue conocer en 1999 a Jean Philippe Lauer, el egiptólogo y arqueólogo francés que trabajó y vivió toda su vida hasta casi los 100 años junto a la pirámide de Sakkara. Yo lo conocí allí mismo y fue emocionante. Fue estar con una persona que había conocido a Howard Carter el descubridor de Tutankhamón, había vivido el hallazgo de las tumbas reales de Tanis, el traslado de los templos del Lago Nasser… historia viva de la arqueología y guardo ese momento en mi memoria con mucho cariño. No me suelo hacer fotos con muchas personas pero con él sí me hice una que me ayuda a revivir ese momento.
Si te ofrecieran protagonizar una película sobre tu vida, ¿aceptarías? ¿Qué actor te gustaría que te interpretara?
No creo que mi vida tenga nada especial. Realmente el cine no me gusta por lo que contaba antes, me resulta casi imposible estar más de 10 min atendiendo lo mismo. No voy nunca al cine y se veo películas las veo por entregas en bloques de 10-15 min o las dejo puestas y voy haciendo otras cosas al mismo tiempo. No sabría decirte el nombre de un actor.
Si pudieras descubrir un secreto histórico perdido para siempre, ¿cuál sería y por qué?
Me encantaría descubrir una nueva tumba en el Valle de los Reyes. No tanto como la de Tutankhamón, así no le haría sombra a mi querido Howard Carter, pero sí una tumba importante que devolviera la atención sobre este lugar tan importante en la arqueología egipcia.
Hasta aquí esta fantástica conversación con Nacho Ares. Estoy seguro que habéis disfrutado tanto como yo al conocer un poco mejor a este gran divulgador sobre Egipto.

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